lunes, 8 de noviembre de 2010

Progresivismo-deconstrucción: un nuevo sentido común invertido

El progresivismo es la ideología nueva para la transformación de la sociedad y la construcción de la nueva humanidad y el nuevo futuro.
Se pretende crear una nueva conciencia, una nueva moral, que será exactamente la inversa de la anterior. Si la deconstrucción hasta ahora alcanzó a lo humano religioso y a los poderes naturales, la pretensión es ahora proseguirla hasta conculcar por completo la ley natural. Divorcio, homosexualidad, aborto, eutanasia no son valiosos en sí mismos sino en cuanto permiten poner patas arriba todo el orden natural existente, que se mantenía a pesar de la maldad espontánea del ser humano. Los nuevos ejes deben ser que la deconstrucción sea ejecutada por aquellos mismos que eran sus antiguos guardianes según el orden natural: el seno materno debe ser cadalso y la madre autora de la muerte de sus propios hijos, los hijos deben ser los autores de la muerte de los padres mediante al eutanasia, los sacerdotes deben ser los que propaguen y sean los reyes del error teológico y primeros autores del vaciado de iglesias, los pirómanos deben ser los mismos bomberos, los guardianes de la ley deben ser sus máximos conculcadores y que el lugar de la justicia humana sea el lugar donde ésta menos se practique y permita garantías, que la mujer asuma las actitudes del varón y el varón las de la hembra, que el varón pase a ser el paria y la mujer la dominatrix, que los hijos hagan llorar a los padres en lugar de al revés, que los alumnos "reeduquen" profesores, que el idioma general sea oprimido por sus variantes dialectales, que el centro sea oprimido por las periferias, que el hombre sea Dios y Dios quede en menos que un hombre.
Una anécdota familiar me reveló en buena parte todo lo que está sucediendo: en la mismísima cena de nochebuena en casa de muy cercanos familiares, todo lo que había para la cena era... un embutido de segundo orden; era un mensaje porque militaban en la ideología del pauperismo social programado y en la enemistad hacia la tradición sacra, ejecutaban una burla elemental de dimensiones colosales, burla ejecutada con perfecta seriedad: no nos dejamos llevar por el desprecio en atención a sus pequeños hijos, que nos necesitan a pesar de todo, y a la comprensión de la magna insensatez que nos permiten decir: "perdónales porque no saben lo que hacen".
A esto responde el nuevo programa para la humanidad. No comprendíamos la impotencia sufrida todos estos años, el ascenso imparable del progresivismo que es llevar a las últimas consecuencias y en todos los órdenes la revolución. Profecías, avisos, llamadas a la sensatez, se estrellaban contra la impavidez del hombre y mujer medios de las últimas décadas, porque en su sangre se ha destilado el veneno en abundancia, anestesiados, enloquecidos en la búsqueda del bienestar. y con pérdida ya no solo de fe sino de razón, que van siempre unidas y que si desaparecen lo hacen unidas.
Católicos de los tiempos presentes, en medio de esta tendencia abismal estamos situados, los de otras épocas tuvieron también que vivir la suya. Ascendamos en la lucidez, saber donde estamos, por donde van los programas de los enemigos de Dios y del hombre, de los jerarcas de la inversión más mordaz y burlona de Dios y del hombre.

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